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  • La importancia del miedo

    No dejes que el miedo te paralice. Si tienes miedo, hazlo con miedo.

    ¿Cuántas veces has escuchado esta frase? Seguro que muchas. Puede que demasiadas incluso.

    A veces siento que es una frase extremadamente superficial y banalizada, pero observando mi vida y lo que he crecido los últimos años, soy capaz de darme cuenta de la importancia y la relevancia que tiene esta frase en mi vida.

    El miedo guía mi vida. Muchas veces le da forma y la moldea.

    Normalmente se me hace difícil reconocer cómo se expresaba el miedo en mi cuerpo cuando era pequeño, porque era cabezón y, aunque algo me diera miedo, siempre lo hacía por la aventura.

    Actualmente, y cada vez más, me doy cuenta de que el miedo es más grande en mi cabeza. Mis miedos me dan más miedo en mi mente que durante el momento de afrontarlos, y el después de afrontarlos.

    También porque he crecido, y he aprendido a calcular y medir las consecuencias de mis acciones.

    Aún así es algo que siempre ha estado presente en mi vida, y que aún a día de hoy me cuesta gestionar a veces. Sin embargo ahí está, el miedo como señal de que estoy en el camino correcto.

    Sumado a esto, a veces reflexiono sobre mi capacidad de autoliderazgo, y me cuesta asumirme líder de mi vida.

    En el libro de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, Stephen Covey habla de que los líderes son aquellas personas que, en medio de una expedición en la jungla, son capaces de subirse a un árbol e indicar al equipo que están en la jungla equivocada.

    Yo quiero ser un líder, y eso me da miedo, porque conlleva una responsabilidad conmigo y una confianza enormes.

    Lo grande da miedo.

    El miedo a lo grande es excitante.

    No tengo mucho más que decir por hoy, me gusta sentir miedo, me gusta conectar con la parte más animal e instintiva de mi ser, y me gusta arriesgarme a probar cosas nuevas.

    Un fuerte abrazo.

  • Un concepto salvavidas

    Hay cosas que se describen con pocas palabras. El concepto de impecabilidad es una de esas cosas.

    En mis años de formación Gestáltica hice un taller llamado El guerrero interior, impartido por Rosa Creixell y Marián Quintillà, donde me encontré con el concepto de la impecabilidad, algo que llevaba haciendo toda mi vida pero que no fui consciente hasta ese momento.

    La impecabilidad no es más que actuar desde lo que tienes, con lo que eres aquí y ahora.

    Es decir, si tú ahora estás en tu 70% habitual, actúa desde ahí y no te exijas más que eso, porque con lo que eres en ese momento es más que suficiente.

    Qué liberador. Con lo que eres aquí y ahora es más que suficiente. Eres suficiente así como eres.

    La verdad que es un término que mola mazo, yo cuando nadaba lo usaba muchísimo. Si había entrenos en los que me encontraba fatal, al 10%, daba mi 10% y me centraba en trabajar sobre ese rendimiento, pues con eso ya estaba dando el 100% que tenía disponible en ese momento para entrenar.

    Lo guay está en que actuar desde la impecabilidad es un acto de humildad hacia uno mismo. Es dejar de lado el sentimiento de insuficiencia por saber que puedo hacer las cosas mejor de lo que lo estoy haciendo, y centrarme en hacerlas lo mejor posible en este preciso momento.

    La impecabilidad no es excluyente, y que ahora dé mi 10% no significa que en otros momento haya dado mi 90% o pueda dar mi 100% en un futuro. La impecabilidad incluye y me ayuda a reconocer mi estado actual, y a respetarme en aquello que me pase.

    Si estoy con mil cosas en mente, ya sea exámenes, trabajo, asuntos familiares, entrenos, etc. Actuaré lo mejor que pueda en esas circunstancias, independientemente de los resultados. Y cuando no tenga nada de eso, seguiré actuando lo mejor que pueda desde aquellas circunstancias que esté viviendo, y los resultados siempre serán diferentes.

    Recuerdo el taller que hice con mucho cariño, fue un taller del que a día de hoy sigo aprendiendo, y el cual me ayudó a encajar aquellas piezas del puzle que todavía no tenía acomodadas.

    Con esto y un bizcocho no me enrollo más.

    Gracias por leer.