Sobre el sentido de vida

Diálogo conmigo mismo.

¿A dónde quiero ir con todo esto? El sentido en la vida es algo sumamente variable en la vida de cada persona, además de ser un tema de reflexión en la vida de todo el mundo, en mayor o menor intensidad. El caso es que llevo un tiempo reflexionando respecto a lo que le da sentido a mi vida, a qué cosas me hacen sentir pleno, y cómo quiero enfocar mi futuro. Sé que aún soy joven y, por eso mismo, quiero vivir la experiencia de jugármelo todo por mis deseos más viscerales. 

A veces no sé distinguir si el mundo está fuera de sus cabales, o soy yo el que vive torcido. Cuanto más observo mi alrededor, la gente que me rodea, su conducta frente a la vida, al trabajo, al dinero, a las relaciones tanto de pareja como amistad o familiares. Cuanto más escucho y recibo del mundo, más me doy cuenta de que quiero vivir diferente. La mayoría de gente ha normalizado pillar el coche para ir a trabajar, comerse atascos de horas, y pasar alrededor de 2h viajando de casa al trabajo y del trabajo a casa. Es algo que no logro concebir como normal. Me suelo preguntar ¿estoy realmente dispuesto a vivir años pasando 2h diarias, de lunes a viernes, adentro de un bus o en el coche para estar encerrado 8h en una tienda u oficina, y todo esto por tener un sueldo a final de mes con el que mantenerme?

Puedo entender que el dinero sea una necesidad imprescindible, que la vida cuesta y que a veces hay que hacer sacrificios. Sin embargo no estoy de acuerdo con la tan escuchada frase de es lo que hay o, su gemela es lo que toca. ¿En qué momento es lo que toca? ¿Dónde quedan los sueños, los matices y detalles? No hay foco en la sutilezas entre tanto apuro. Llevo años observando esto, y no solo en la gente que encuentra normal tomar el coche y comerse una o dos horas de atasco para ir a trabajar, y otras tantas al volver, sino también a quienes se despiertan con la música encendida, o con TikTok e Instagram en la pantalla del móvil para actualizarse en lo que se perdieron durante las seis u ocho horas que pasaron durmiendo. No logro concebir un mundo donde la normalidad es la desconexión, donde la vida se convierte en una huida constante de todo. Donde el conectar con X es la evitación de Y. ¿Qué pasaría si esa huida cesa, y la conexión con X es realmente genuina? 

Pues bien, después de vivir y transitar conexiones genuinas y evitativas; después de haberla cagado y fallado más veces que los éxitos que he tenido; después de haberme dejado llevar por mis impulsos sin tener un plan o una estrategia; después de pasar hambre y empacharme, llorar y reír, amar y aniquilar. Después de todo lo que he vivido, me doy cuenta de que el sentido de mi vida lo construyo en el momento presente, en el aquí y el ahora. Lo que le da sentido a mi vida es el dolor, el fracaso, el haberlo intentado una y otra vez, aprender, y seguir intentándolo. No sé dónde está el éxito. Sé lo que quiero conseguir, sin embargo no sé cómo medir mis fracasos y mis éxitos, porque ambos son grandes triunfos en mi vida, sabios maestros de los que, cuanta más perspectiva de vida adquiero respecto a ellos, más aprendizajes extraigo para usar a mi favor. 

Por tanto, todo este speech no es más que el desarrollo para llegar a la conclusión que mi sentido de vida gira entorno a quién quiero ser yo para mí, conmigo, y luego con los demás. En qué hombre me quiero convertir. Si tengo hijos, qué les quiero enseñar, qué quiero que absorban de mí cuando me miren en busca de orientación. Quién quiero ser como hermano, como hijo y, aunque aún no me lo he planteado, también como nieto. Cada vez estoy más convencido que los mayores cambios en las personas suceden como un reflejo del estado interno de cada persona consigo misma. Es algo que he vivido y vivo en mis carnes. Cuanto mejor estoy interiormente conmigo mismo, con mis emociones, con mi verdad, con mi ser. Cuanto más honesto soy conmigo mismo respecto a lo que necesito, más se refleja eso en mi cuerpo, en mis acciones, en mi día a día.

Lo fascinante de la siguiente pregunta está en que, una vez formulada, me abre la puerta a muchos cambios de paradigma en el autoconcepto que tengo sobre mí, y me tienta acercándome al creativo cómo, el cual será mi respaldo en la vida para conseguir aquello que me propongo. ¿Hasta dónde me permito soñar? 

Salud y prosperidad a quien lo lea,

Hasta la próxima.