La relación con el dinero es en el fondo una relación con uno mismo. También es una espada de doble filo.
Desde que trabajo he aumentado mis ingresos notablemente con esfuerzo, con sacrificio y trabajo constante. Y sigo trabajando para vivir en la abundancia que deseo.
En todos estos años he podido observar cómo la relación con el dinero es una relación conmigo mismo. Crecer junto al dinero es crecer conmigo, porque cuanto más crezco yo personalmente, más adecuadas son las decisiones que tomo, y esto se refleja tanto en mi salud financiera como en cualquier otro tipo de relación que establezca en mi vida.
Es fácil caer en la trampa de medir el valor personal en función del dinero que se posea. Lo digo porque me ha pasado.
Digo que es fácil porque cuanto más dinero tengas, más gustos podrás darte. Aquí es donde entra el trabajo personal que requiere tener ingresos.
Recibir dinero es despertar nuestras pasiones y deseos más profundos. Lo que he podido observar en las personas de mi alrededor es que recibir la nómina (o cualquier ingreso) significa, además de pagar los gastos fijos pertinentes, una oportunidad de «darme el gustito que tanto deseo».
Cada uno nos lo vendemos de una forma distinta. Sin embargo casi siempre es así. Es como si el dinero nos quemara las manos y fuera una necesidad gastarlo.
¿Qué ocurre si resistimos esas tentaciones? ¿Qué pasaría si trazamos una estrategia para conseguir nuestros deseos? Pues es aquí donde entra el trabajo personal que requiere ser autosolvente.
Es un trabajo de tener la mente fría, de gestionar la frustración y la ansiedad de querer tener ya eso que tanto deseamos, así como errar en múltiples ocasiones para aprender y hacer las cosas diferentes en el futuro.
Es un trabajo bonito que se puede extrapolar a cualquier ámbito de nuestras vidas. La relación con la pareja, con uno mismo, con una mascota, un familiar, un amigo, etc.
Lo mejor creo que es siempre abrazar el proceso y entregarse a aprender. Hay errores los cuales tenemos que cometer para seguir aprendiendo, vivir en nuestras carnes aquello de lo que todo el mundo nos advirtió y seguir progresando.
Esto es todo por hoy,
Un abrazo.